GIAN PIERO GUERRA PÉREΖ
El vuelo del jinete
El campeón nacional de Salto Ecuestre en la categoría Jinetes Nuevos fue diagnosticado con autismo a los 4 años. En un deporte donde los caballos saltan para sortear obstáculos, Gian Piero aprendió que las caídas son parte de la vida, y que allí estarán sus padres para levantarlo. Hoy, a sus 18 años, ha empezado a definirse como jinete.
El descubrimiento
Cuando Gian Piero Guerra tenía catorce años se pasaba las tardes jugando Infinite Flight, un videojuego de simulación de aviones. Le obsesionaba la idea de volar. Con distintos modelos de aviones despegaba de diversos aeropuertos reconstruidos con exactitud. Desde que, a los cuatro años, le diagnosticaron autismo, sus padres, asesorados por una psicóloga, van planeando lo que podría ser mejor para la vida de Gian Piero. En octubre de 2019 decidieron motivarlo para que practique algún tipo de deporte y disminuya las hora de juego que pasaba frente a la consola.
Pensaron en algo el aire libre, donde pueda conocer nuevos amigos, pero no se llegó a sentir cómodo en una cancha de básquet ni nadando en la piscina temperada. Antes de cumplir quince años, lo llevaron a la escuela del experimentado jinete Hugo Paurinotto, uno de los fundadores del Centro Ecuestre Terapéutico en Chorrillos.
Allí, Gian Piero comenzó a practicar equinoterapia. Su madre, Maripí Pérez Pardo, notó un cambio revelador: sobre el caballo su hijo encontraba paz.
En agosto de 2021, el mismo Paurinotto les dijo que veía en Gian Piero condiciones para la equitación. Pasaría de las calmadas sesiones junto a su terapeuta a entrenar para saltar obstáculos sobre un caballo. Aunque a sus padres les preocupaba que pudiera caerse o lesionarse, sabían que lo mejor era motivar su pasión. Gian Piero recuerda que, en esos primeros días, podía pasarse largos minutos acariciando las orejas de Tic Tac, el caballo en el que aprendió a montar.
Cuando hoy le preguntan al joven jinete por qué le gusta saltar, él responde sonriendo: “Porque siento que vuelo. Siento que estoy volando, corriendo en el viento”. Si antes tenía que usar un simulador frente a una pantalla, ahora vuela encima de un caballo.
Cuando hoy le preguntan al joven jinete por qué le gusta saltar, él responde sonriendo: “Porque siento que vuelo. Siento que estoy volando, corriendo en el viento”
El mayor reto que tuvo fue competir
Cuando empezó a participar en torneos, Gian Piero tuvo que aprender a sobrellevar los demás estímulos. “Lo más difícil es la música, la bulla, la gente, los demás jinetes que están alrededor mío durante el calentamiento”, explica.
Los deportistas de alta competencia suelen desarrollar técnicas para evitar distraerse. Imaginan que juegan dentro de una caja o que no hay personas en las tribunas. En el caso de Gian Piero, él imagina que tiene un borrador gigante que le permite borrar todo lo que lo desconcentra. Empezó en mini jumping, una categoría para novatos en la que se saltan obstáculos de menos de 60 centímetros. Desde entonces, cuando ya podía coleccionar triunfos en el Club Hípico, lo acompaña su infaltable coach, Hugo Paurinotto.
En septiembre de 2022, cuando su caballo derribó una barra durante una competencia, Gian Piero perdió por primera vez. Su primera reacción fue quedarse en silencio. Su madre acudió en su auxilio y le pidió que la acompañe al auto. “No quería que lo toquen ni que lo abracen, no quería que le digan nada”, recuerda Maripí, que no pudo evitar el ataque cuando ya estaban sentados. Su hijo arrancó golpeándose las rodillas entre gritos y llantos. En momentos así, los ejercicios de respiración son el mejor alivio y así lo hicieron, mamá e hijo, durante media hora hasta que la calma volvió al cuerpo de Gian Piero.
Esa misma noche, ya en casa, su padre Henry le enseñó el video de la competencia y hablaron sobre lo que debió hacer distinto. Decidido a superarse, Gian Piero le comunicó que quería entrenar un día más a la semana.
Por recomendación de su entrenador decidieron inscribirlo en la categoría Jinetes Nuevos, donde saltaría obstáculos de 80 centímetros y competiría contra medio centenar de jinetes. Ahora lo haría solo, sin su coach al lado, en la pista de obstáculos. “Está compitiendo con otros jinetes de alto nivel y nosotros decimos que no le tengan ningún tipo de consideración. Es importante que él tenga que seguir las mismas reglas que los demás”, dice Maripí.
Está compitiendo con otros jinetes de alto nivel y nosotros decimos que no le tengan ningún tipo de consideración. Es importante que él tenga que seguir las mismas reglas que los demás”, dice Maripí Pérez, la madre de Gian Piero.
Una caída puede cambiarlo todo
Hay algo que cualquier entrenador le repetiría a sus pupilos: en algún momento te vas a caer. Así como en la vida, aprender a saltar sobre un caballo es saber que, en algún momento, las cosas no saldrán bien. Por supuesto, también existen formas de aminorar los golpes. Gian Piero cuenta con un chaleco especial que va conectado a la silla de montar. Ante una caída, se infla (como los que están dentro de los aviones) protegiendo al jinete desde el cuello hasta la parte baja de la columna.
“Sabía que si se caía podía bloquear todo porque él es muy drástico en sus decisiones”, recuerda Maripí Pérez. Sin embargo, nada los preparó para el 20 de mayo de 2023. Aquella vez Gian Piero se cayó de Maximus, el caballo con el que competía en el Club Hípico de Huachipa durante uno de los campeonatos para el ranking nacional. “Caí de volantín y me sentí confundido”, recuerda el jinete. No se hizo daño pero esa tarde, cuando repasaban los videos de su participación, encontró el error: “Le pedí el salto a Maximus antes de tiempo”.
Al día siguiente, en la segunda jornada del torneo, Gian Piero y Maximus regresaron al mismo ruedo para competir. Pero ese día sí tuvieron su revancha y el joven jinete que soñaba con volar quedó en primer puesto en su categoría.
La motivación se comparte sin barreras
Maripí Pérez fundó la Asociación Autismo sin Barreras. Su idea es que su experiencia personal sirva a las demás familias y espera que, pronto, la asociación ayude a otros niños con autismo que no pueden cubrir los gastos de la equinoterapia. “He hablado con mamás que estaban llorando y no sabían qué hacer. Piensan que la gente va a juzgar a sus hijos y lamentablemente, a veces, sí es cierto. Como padres tenemos que prepararnos”.
En la escuela de equitación donde entrena hay quince niños con autismo. Hace un par de meses, Gian Piero les habló a algunos de ellos y compartió su propia manera de entender la disciplina. “Es diferente que un terapeuta o una mamá cuente cómo se sienten ellos a que ellos mismos te digan cómo se sienten. Para ellas escuchar a Gian Piero fue como si estuvieran escuchando a sus hijos”, dice Maripí, orgullosa.
Hoy el jinete necesita saltar más alto. Por ello su padre le consiguió a Carmencita, una yegua muy fuerte que puede saltar hasta un metro y medio. Para continuar entrenando, Gian Piero viajó a Argentina en enero para competir con jinetes de todo Sudamérica en la reconocida Copa Verano en Mar del Plata. Desde abril participa en la Quinta Categoría del torneo local, en el que saltará obstáculos de noventa centímetros.
El momento de la definición
No son pocos los que notan que su expresión sobre un caballo cambia. Como si la concentración invadiera su cara y lo protegiera de cualquier distracción. Incluso parece mayor con el gesto severo mientras cabalga. “Se sube al caballo y entra en personaje… hasta su forma de hablar cambia. No tiene miedo de saltar. Conecta con el caballo y eso le fascina”, dice su madre.
Los padres de Gian Piero forman una dupla para sostener a su hijo como deportista. Maripí es la encargada de la parte psicológica y Henry se concentra en el aspecto deportivo. Antes de una competencia, Gian Piero siempre recorre la pista a pie con un bloc de hojas blancas en la mano mientras dibuja un croquis del circuito (de hecho, su papá guarda ese mismo bloc que es casi un inventario a mano de todas sus carreras). Es usual porque los jinetes se enteran de los obstáculos media hora antes del evento.
En diciembre de 2023, luego de dieciséis fechas de competencia, Gian Piero consiguió el primer puesto a nivel nacional en su categoría. Su triunfo fue cubierto por la prensa especializada y otros medios de comunicación que querían entrevistar al número uno. “Verlo hablar mientras la tribuna lo estaba aplaudiendo era increíble. Eso me marcó muchísimo, más que sus medallas y sus copas. Mi hijo jamás hubiera podido hacer eso antes”, dice Maripí.