Aparecen con los rayos del sol, cuando comienzan a sucederse día tras día. Llegan solitarios, o en grupo. Vestidos hasta tobillos y muñecas, o nada más de cuello a rodillas. Estrepitosos, o en silencio. Audaces, o ajenos. Grises, o vistosos. Qué más da. Seres de mar, arena y agua. Anfibios remotos. Espejismo de libertad que nace y muere. Con el sol.