Medellín, Colombia.- Una funeraria colombiana transmite velorios a través de Internet para permitir que los familiares del fallecido que no puedan acercarse físicamente a la ceremonia logren hacerlo de manera virtual.
“Ayuda a la elaboración de duelos, uno entra a la realidad cuando ve a la persona fallecida, si yo no lo veo, yo todavía no soy consciente de esa pérdida”, apuntó la directora de mercadeo de la Organización Previsora de Servicios Exequiales (Prever), Aida Luz Molina, cuya oficina se encuentra en la ciudad de Medellín.
Prever ya ha transmitido 90 velorios en directo desde que lanzó su curiosa oferta en agosto del 2013, una cifra que Luz Molina estimó crecerá considerablemente cuando añada al servicio la posibilidad de comunicación por videoconferencia entre internautas y asistentes a la ceremonia.
Aunque la idea se enfoca sobre todo en aquellos familiares que viven en el extranjero y no pueden viajar a Colombia, Luz Molina subrayó que también ayuda a los que viviendo en la misma ciudad no pueden acercarse por motivos de salud. En México este tipo de servicio sirve como medida de seguridad para evitar los ataques de los carteles de la droga contra las familias reunidas en un funeral, pero en Medellín no es el caso, dado que los días en que el narcotraficante Pablo Escobar dominaba la ciudad quedaron atrás.
Las tarifas del sistema de visionado por Internet de Prever oscilan entre los 20.000 pesos colombianos por hora (unos 11 dólares), 17.000 pesos a partir de tres horas (9,5 dólares) y 200.000 pesos (112 dólares) por todo el velorio, que suele durar entre doce y quince horas.
Los usuarios acceden al servicio a través de una contraseña, por lo que varios computadores en distintas partes del mundo pueden conectarse a la vez por el mismo costo.
“A través del ‘mouse’ las personas que están viendo la ceremonia dominan la cámara, la pueden acercar, alejar, y hasta le pueden dar una vuelta completa de 360 grados”, explicó Luz Molina. “Te hace un acercamiento muy real con la persona fallecida”, concluyó. En medio de la crisis, hasta el momento, el auge de este negocio "da vida" al alicaído comercio de la ciudad.
Arad, Rumania.- No siempre el ser abuela es señal de haber vivido varias décadas. Un testimonio de ello lo puede dar la gitana rumana Rifca Stanescu, quien desde cuando tenía 23 años ostenta el título de ser la abuela más joven del mundo. Stanescu ahora tiene 25 y se muestra muy orgullosa de su récord, ya que dice es normal que las gitanas tengan hijos tan pequeñas.
Rifca Stanescu dio a luz a su hija María a los 12 años, y esta quedó embarazada cuando tenía 11, es decir cuando su madre tenía 23. “Estoy feliz de ser abuela, pero yo quería algo más para María y algo más para mí”, dijo Stanescu.
Rifca cuenta que ella tenía 11 años cuando se escapó con el padre de su hija, un ahora vendedor de joyas llamado Stanescu Ionel que entonces tenía 13 años. “Yo quería casarme con él, así que estuve de acuerdo en escaparnos. Por supuesto después de haber pasado la noche juntos no había manera de que alguien nos pueda separar. Mis papás me habían comprometido a la familia de otro niño desde que tenía dos años, pero yo no quería eso”, contó Rifca.