Hablar de Tater Ledgard es hablar de deporte en el Perú. Un deportista a carta cabal. Y eso es una herencia familiar que aún se mantiene. Hijo de Walter “Brujo” Ledgard quien nos representó en Berlin 36 y uno de los más destacados nadadores de la historia en el Perú.
Él contaba que a los 6 años su padre lo hizo practicar su primera disciplina deportiva: levantamiento de pesas. Pero Tater no se quedó atrás e imitó a su padre y también participó en una justa olímpica: Tokio 64, siendo el único nadador peruano en esos Juegos.
En 1965 empezó a trabajar en la Academia de su padre y en 1974, decide crear su propia academia en donde trabajó ininterrumpidamente con niños y jóvenes promoviendo la natación.
El deporte lo llevó por varios caminos. No solo fue la natación, también practicó boxeo, esgrima, tabla hawaiana, automovilismo y el triatlón, una de sus grandes pasiones. En el caso del boxeo, se hizo profesional y en 1970, participó en forma oficial en el recordado torneo “Guantes de Oro”.
Hablando del triatlón, fue el 1er peruano que participó en un Iroman en Hawai en el año 1985. Todo un reto y una verdadera hazaña. En ella quedó tercero en su categoría y en el puesto 62 en el ranking general.
En el amor también estuvo ligado al deporte. Se casó con Sabine Grimm, hija de Herbert Grimm, quienes estaban ligados al automovilismo. En 1970, Tater y Sabine corrieron en Caminos del Inca. Ella fue su copiloto y ganaron. Fruto de ese amor, nacieron Tony y Andy, quienes también, por supuesto, fueron deportistas.
Tony participó en las Olimpiadas de Barcelona 92 e hizo que los Ledgard se conviertan en la 1era familia que participaron padre, hijo y nieto. 3 generaciones seguidas, todo un orgullo.
Andy también siguió el legado de la familia y estuvo durante varios años practicando el automovilismo. Tater siempre estuvo presente y comandaba la flota de auxilio en todas las carreras.
Además, Tater continuó con su academia. En verano, pasaba horas de horas enseñando la natación a los más pequeños. “Estoy de crucero”, era una de sus tantas memorables frases en referencia al tiempo que dedicaba a enseñanza.
“El mar, la piscina, el agua, es mi elemento, es mi mundo” nos dijo en la última entrevista que hicimos para Enlace Deportivo.
Por su academia pasaron una lista innumerable de Campeones Sudamericanos y Panamericanos. Estuvo presente también en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84 y Beijing 2008 como entrenador.
La sangre deportiva continúa en la familia. Los nietos ahora toman la posta: Camille en Natación y Christian y Tiago en Vela, quienes ya empezaron a cosechar sus primeras victorias.
A sus 71 años, La vida lo ha llevado por otros caminos. Tater decidió partir, pero nos dejó un legado que todos aquellos que amamos el deporte debemos compartir: la pasión
Estamos seguros que seguirá practicando el deporte, con la misma pasión, junto a su padre y a todos aquellos deportistas que nos tomaron la delantera.
Solo nos queda decir, gracias Tater por hacer del deporte una pasión.